Querido maestro,
Quiero darte las gracias por haber desengañado mi corazón, por abrirle los ojos, por haberte cruzado en mi camino... ¡Qué suerte haberte conocido! Pasando cerca de tí era imposible evitar el zarpazo. Menuda herida me has abierto, nos has abierto a tantos... Heridos de muerte quedan nuestros corazones, sangrando la vida a borbotones. Dicen los periódicos y las fotografías que te has muerto, mentira, ahora estás en todos nosotros, en tus versos, más vivo que nunca.
Una misma, la que no es una, las cosas, los recuerdos, el amor, el paso del tiempo, la muerte, el extrañamiento, la pérdida…, se dejan hablar sobre la escena a través de una selección de textos de diversa índole (poesías, escenas dramáticas, cuentos, romances…) extraídos de la obra de Agustín García Calvo (Premio Nacional de Literatura Dramática 1999) escogidos e interpretados por Ester Bellver.
Herida de muerte
ResponderEliminartras la gran cazada
estira la columna
mientras
clava las patas
la loba herida
Aún le queda refugio
en la cueva que dejó en la madrugada
Bonito!
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