domingo, 9 de diciembre de 2012

Sin escenarios de por medio

Hay días que, como ya os he contado en algunas otras ocasiones, ocurren encuentros muy bonitos con la gente cuando te acercas a darles un papelito con la información de tu espectáculo; las más de las veces es así. Pero hay otros que son especialmente duros y hoy ha sido uno de ellos. Hace mucho frío y yo creo que eso influye. No sólo porque no apetezca pararse, sino porque creo que cala también a zonas más profundas. Esto mismo se puede comprobar cuando hace frío en el patio de butacas de un teatro. Ese día la gente no se reirá para nada aunque el espectáculo sea muy gracioso y esté lleno de chistes; el mismo espectáculo con una temperatura ambiente más agradable puede estar al día siguiente produciendo que el público esté tirado por el suelo partiéndose de risa.
Otra reacción que me encuentro a veces, y que me paro ahora a analizar, es aquella de que, alguna gente que acude a los Teatros Nacionales o de importancia, contradictoriamente -en algunas ocasiones- rechaza tomar de la mano de la actriz el papelito que contiene la información del espectáculo que ella misma está representando, mientras que sí que coge el folleto que encuentra en el expositor situado junto a la  taquilla y que contiene quizá esa misma información y la de otros espectáculos. Alguna vez en esos casos me ha salido preguntar -¿No le gusta el teatro? y me han respondido -¡Claro que me gusta!, ¿no me ves en un teatro? Y vuelvo a ofrecer el papel -Pues tenga, es de un monólogo que estoy haciendo... Pero luego me vuelven a rechazar pasando de largo y diciendo que no con la cabeza. Entonces soy tan tonta que me duele un poquito en el corazón. También te encuentras con gente muy amable que por el contrario lo agradece o que te recuerda que una vez hace no sé cuanto le dí otro papel para el espectáculo anterior y que no pudo ir finalmente pero que esta vez lo intentará, o que sí que fue a verlo y que además le encantó... Una mujer quería hoy darme una limosna en respuesta al papel; esto me ha pasado alguna que otra vez más. Y es que, la acción de dar un papel a otro por la calle, es algo que choca. En unos casos hace gracia; hay gente que literalmente se ríe. Otras veces notas que les rompe los esquemas pero de manera agradable y te preguntan asombrados -¿Pero eres tú la actriz que lo interpreta? Otros simplemente sonríen con una complicidad muy bonita que rompe al momento esas barreras de distancia o coraza que llevamos todos puestas frente a un desconocido. Es una acción que fácilmente se puede asociar a algo bajo y degradado, rebajado, fuera de standing. De ahí el rechazo que puede despertar en algunos casos como los descritos, pero también hay quien le encuentra encanto y grandeza a eso de entenderse de tú a tú sin escenarios de por medio.

2 comentarios:

  1. queria darte las gracias por el regalazo ke nos hiciste la otra noche en la puerta del achori. quien me iba a decir ke salir a fumar un piti a la calle iba a tener tanta mágia. tengo tus palabras grabadas en la cabeza y lloro de alegria al recordarlas. muchisimas gracias, por la canción y el poema. eres super linda

    ResponderEliminar
  2. El escenario puede abrirse en el lugar y momento más inesperados si actor y público deja que eso ocurra. Y así fue el otro día. El poema que os canturreé era de ¿Agustín Gracía Calvo?. A él le gustaba firmar así, entre interrogantes, poniendo -con ese gesto- en cuestión la figura del autor. Su poesía y sus textos siempre están tratando de hablar con la voz del pueblo -como él decía-, que no es de nadie y por lo tanto la de cualquiera. De manera que la gracia de esas palabras está en que no son de nadie. Un beso y hasta nuevo encuentro!!

    ResponderEliminar

Si no puedes publicar fácilmente tu comentario porque no tengas una cuenta google o similar, elige en perfil la opción "anónimo". En el texto que escribas siempre puedes poner tu firma si lo deseas. Gracias por la visita!