Hiniestas

Me contaba Isabel, tras la representación, que Agustín tenía un gran cariño a este carnero que posa bajo la estatua de Viriato en la plaza de Viriato en Zamora. De pequeño jugaba, como el resto de niños coetáneos, a escalar sus cuernos y a tirarse, resbalando por su morro, a modo de tobogán. Al día de hoy todavía los niños zamoranos gustan de practicar este juego pese a que hay una vaya alrededor tratando de impedir el acercamiento a la fiera. 

Al día siguiente, desayunando en la cafetería del hotel, apareció un personaje bien curioso, indefinido, medio hombre, medio mujer. Llevaba en la mano un ramo de flores, 'hiniestas', dijo que se llamaban. Las había cogido esa misma mañana a orillas del Duero para irlas regalando por ahí. Nos dio una a la camarera y otra a mí. Le dije: "Qué buen plan, dedicar la mañana a esa labor", "No cuesta ningún trabajo", me contestó. 

Cuánta agua lleva ese precioso río, de dónde la sacará. La función salió muy bonita, la gente la disfrutó mucho, así que, tan contenta. Próximas actuaciones en Barakaldo. 14 ('protAgonizo') y 15 ('Todas a la una') de junio. Sala Arimaktore (+ info).