De juguete

Tin, tin, tin, tin; tan, tan tan, tan, tan, tan, tan. Las campanadas de la iglesia dicen que son las siete. Zumito de limón y a repasar el texto dando un paseo camino arriba del cementerio con la fresquita. Llegando a las tres cruces vista espectacular del puerto de Soller. Pip, pip, pip, piiiiiiiip..., cruza la escena el trenecito de madera. Desde aquí arriba se ve todo tan pequeño que parece el mundo un juguete.Tin, tin, tin, tin; tan, tan, tan... Se oyen ahora lejanas dando las nueve. Me bajo a desayunar.

Hace tres años estaba, como ahora, pasando unos días de vacaciones en este mismo lugar de Mallorca. En aquel momento me encontraba en el gozoso proceso de releer los libros de Agustín y la difícil tarea de seleccionar los textos que compondrían este espectáculo. En esta ocasión me iré de aquí a Barcelona a hacer cinco funciones en la Sala Tantarantana. Cada día lo comienzo con este bonito paseo rutinario en el que aprovecho a repasar el texto. Esta noche voy a hacer una representación en el jardín de la casa de Anne, una amiga que nos ha invitado a cenar a unos cuantos; el día 29 haré otra en el jardín de Rosa y Pedro. Y es que se ha corrido la voz de me que vendría bien hacer algún pase a modo de ensayo antes de ir a lo de Barna. De paso presentamos los textos de Agustín entre los amigos de la isla.