jueves, 20 de diciembre de 2012

Hasta próximo escenario

Esta noche a las 20:30 es la última representación de Todas a la una en la Sala Triángulo. Gracias desde aquí a este teatro por haber dado escenario a Agustín y a esta propuesta. Gracias a todos los que habéis venido a ver el espectáculo, a los que me habéis cogido un papelito o escuchado por la calle, a Rosa -la técnico del espectáculo- y a todo el equipo de la Triángulo; a Elena que me hizo un telón cinco días antes de estrenar; a Juan que hizo malabares para poder tener aquellos días previos libres y hacer el diseño de luces; a Charo, Carlos, Isabel, Susana, José Ramón..., y a Agustín que nos ha dejado el regalo de unos textos llenos de poesía, lucidez y amor a la vida y al teatro.
Gracias y hasta próximo escenario. Salúd!
Foto Rosa Herrera

lunes, 17 de diciembre de 2012

Las fundas y Elena

Mi amiga Elena González, además de ser una gran actriz y maravillosa persona, es una enamorada de las manualidades. Le encanta hacer cosas de patchwork (confecciones con retales unidos entre si). Ella es quien ha realizado el precioso telón rojo de la escenografía de Todas a la una y ahora, como terminamos esta semana las funciones en Madrid, ha tenido el detallazo de hacernos una funda para guardar el pandero-luna y otra para el telón en el ánimo de que nos salga gira y los objetos puedan viajar sin peligro de romperse. Ya nos hizo también unas fundas con esta misma técnica para los espejos de protAgonizo -escenografía del espectáculo anterior- y esas desde luego que han viajado de lo lindo. ¿Qué caminos correremos con estas? Aunque no toca pensar en eso todavía quería enseñaros lo bonitas que son las fundas que nos ha hecho Elena.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Crítica en El País

Hoy sale en El País una crítica del espectáculo que firma Javier Vallejo. Podéis leerla pinchando aquí. Gracias, Javier V., por venir y acordarte de los espectáculos que se muestran en las salas alternativas.
 

viernes, 14 de diciembre de 2012

Un espejo delante

Ayer, cuando iba para el teatro, no sé si un hombre o un gorila o un hombre gorila -por lo grande, que no quiero meterme con los gorilas- se tropezó conmigo cuando nos cruzábamos andando en direcciones opuestas por la misma acera. El golpe fue muy fuerte, como si de una gran piedra se tratara, me hizo bastante daño en la espalda (que además la tengo lastimada). Me volví en busca de una mirada o algo que nos reencontrara de nuevo para suavizar tan brusco encuentro. Él no lo hizo, continuó con lo suyo. Me salió un "¡pero bueno!". El hombre gorila, que iba compartiendo auriculares y música con una chavala, se dio entonces la vuelta. Se quito el chisme de la oreja y me disparó al modo más chulesco y retador un "¿tú estás bien?", pero que en realidad decía el subtexto "Pues entonces no te quejes que todavía te meto una hostia". Ante el silencio de mi estupefacción repitió, con la misma violencia, un par de veces más la misma pregunta. Me salió entonces decir un "no sé, al menos podías decir lo siento...". A lo que respondió: "Y tú mirar por donde vas, que la calle no es tuya". Esta vez su subtexto era “te la meto, te meto la hostia". Una pausa de tres segundos donde el desprecio más absoluto se dibujó y después se dio la vuelta para seguir camino compartiendo música y auriculares con la chavala. Me quedé hecha polvo. Así fue que llegué al teatro. Todavía me he despertado esta mañana con el mal cuerpo que el incidente me provocó.
Estas pequeñas, pero grandes tragedias de la vida cotidiana, han sido siempre y son fuente de inspiración para hacer gags teatrales -o cinematográficos- que, en tono humorístico, permiten denunciar la barbarie de la especie humana y ponernos, entre risa y risa, un espejo delante, ...que buena falta nos hace. Maestros en estas lides eran los Hermanos Marx.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Pero no nos hagamos idea de eso

Sólo nos queda hoy y el próximo jueves de funciones en la sala Triágulo. No se puede evitar sentir una penita. Pero no nos hagamos idea de eso. En un rato salgo para el teatro y de nuevo estaremos en el trajín de montar la escenografía: el suelo, el telón, el pandero, los libros, el clavel.... mis compañeritos de escena. Luego, a las 20:30, primero se hará un oscuro y después ¿nos encontraremos bajo la luna? Pero no nos hagamos idea de eso; ahora me estoy tomando un café bien rico y me queda el regusto de un mazapán que me he comido. Pero tampoco no nos hagamos idea de eso.
Foto: Javier Jimeno Maté (diablo.es)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Sin escenarios de por medio

Hay días que, como ya os he contado en algunas otras ocasiones, ocurren encuentros muy bonitos con la gente cuando te acercas a darles un papelito con la información de tu espectáculo; las más de las veces es así. Pero hay otros que son especialmente duros y hoy ha sido uno de ellos. Hace mucho frío y yo creo que eso influye. No sólo porque no apetezca pararse, sino porque creo que cala también a zonas más profundas. Esto mismo se puede comprobar cuando hace frío en el patio de butacas de un teatro. Ese día la gente no se reirá para nada aunque el espectáculo sea muy gracioso y esté lleno de chistes; el mismo espectáculo con una temperatura ambiente más agradable puede estar al día siguiente produciendo que el público esté tirado por el suelo partiéndose de risa.
Otra reacción que me encuentro a veces, y que me paro ahora a analizar, es aquella de que, alguna gente que acude a los Teatros Nacionales o de importancia, contradictoriamente -en algunas ocasiones- rechaza tomar de la mano de la actriz el papelito que contiene la información del espectáculo que ella misma está representando, mientras que sí que coge el folleto que encuentra en el expositor situado junto a la  taquilla y que contiene quizá esa misma información y la de otros espectáculos. Alguna vez en esos casos me ha salido preguntar -¿No le gusta el teatro? y me han respondido -¡Claro que me gusta!, ¿no me ves en un teatro? Y vuelvo a ofrecer el papel -Pues tenga, es de un monólogo que estoy haciendo... Pero luego me vuelven a rechazar pasando de largo y diciendo que no con la cabeza. Entonces soy tan tonta que me duele un poquito en el corazón. También te encuentras con gente muy amable que por el contrario lo agradece o que te recuerda que una vez hace no sé cuanto le dí otro papel para el espectáculo anterior y que no pudo ir finalmente pero que esta vez lo intentará, o que sí que fue a verlo y que además le encantó... Una mujer quería hoy darme una limosna en respuesta al papel; esto me ha pasado alguna que otra vez más. Y es que, la acción de dar un papel a otro por la calle, es algo que choca. En unos casos hace gracia; hay gente que literalmente se ríe. Otras veces notas que les rompe los esquemas pero de manera agradable y te preguntan asombrados -¿Pero eres tú la actriz que lo interpreta? Otros simplemente sonríen con una complicidad muy bonita que rompe al momento esas barreras de distancia o coraza que llevamos todos puestas frente a un desconocido. Es una acción que fácilmente se puede asociar a algo bajo y degradado, rebajado, fuera de standing. De ahí el rechazo que puede despertar en algunos casos como los descritos, pero también hay quien le encuentra encanto y grandeza a eso de entenderse de tú a tú sin escenarios de por medio.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Por peteneras

Pues, a pesar de las dificultades que ayer os expresaba, vinieron 35 personas a ver la representación. Y es que, estas cosas -y cualquiera cosas-, a la hora de la verdad no dejan nunca de sorprendernos saliéndose muchas de las veces incluso "por peteneras", o "por el culo de la culata", o "de madre"..., demostrándonos que uno no debería nunca hacerse idea sobre nada. Pero ahí está el maldito ideal de futuro, soberano, que nos engaña con miedos y amenazas mientras se nos pasa lo que verdaderamente está pasando.
...y para salir de esta entrada hagámoslo, para estar a tono, por peteneras...

En el Café de Chinitas (al rítmo de petenera). Voz de La Argentinita, acompaña al piano Federico García Lorca.

jueves, 6 de diciembre de 2012

A modo de gacetilla

Ayer fui al teatro. Miré las revistas que se distribuyen gratuitamente en ellos y, ¡sorpresa!, me encontré con que no venimos anunciados en la cartelera de ninguna de ellas. Debe ser que no les ha llegado a tiempo la información de nuestra prórroga.
Esto unido a que hemos cambiado de día -domingo por Jueves- dificultará que el público acuda a ver las funciones. Esperemos que los papelitos que he repartido por la calle y el latazo que he dado por el facebook den algún resultado... A ver con qué nos encontramos. Al menos mi hermana me ha confirmado que viene hoy con algunas compañeras de su trabajo, todo sea que quede la cosa quede –nunca mejor dicho- en familia…
Como os comentaba en la entrada anterior, repartir papelitos con las manos congeladas de frío me ha costado que se me rompiera el otro día el teléfono móvil. Hay empresas que gastan invirtiendo en grandes anuncios en periódicos o autobuses. En Rotura producciones invertimos rompiendo móviles (jaja! Qué malo, no tiene ninguna gracia).
Bueno, todo esto para recordaros -a modo de gacetilla- que hoy jueves a las 20:30 tenemos función en Triángulo. También el jueves 13 y 20 de diciembre. ¡Os esperamos!

martes, 4 de diciembre de 2012

Los añicos y la mami

19:15h
Me voy a repartir papelitos con la publi del espectáculo a la entrada del teatro Pavón. El perfil de ese teatro recibe muy bien que se los ofrezcas. A ver si seducimos a unos cuantos para que vengan a ver la función del jueves...

19:45h
Chasco! Estoy en la puerta del Pavón, no hay nadie, ya han entrado. Hoy por ser martes -me dice el vigilante- empezaba la función a las 19. He llegado tarde, ¡La vida es sueño! Un cafecito bien caliente en el bar de al lado y tiramos para el Valle Inclán que empiezan el Cyrano a las 20:30. No sé porqué pero me recuerdo hoy a los buitres, alimentándome de las carroñas que encuentran entre las sobras.

21:25
De vuelta en casa. La cosa ha terminado en tragedia... Os cuento: me bajo para el Valle Inclán, no había mucho público, entonces decido repartir un poco por ahí, por Lavapiés, y volverme al Pavón puesto que llegaría a tiempo para repartir a la salida del 'sueño a la vida'. Las manos congeladas y que tardan un montón en salir. Qué raro, a ver qué hora es... Deberían de estar saliendo ya... Saco el móvil (iphone) del bolsillo del abrigo, la mano tonta con el frío y llena de papelitos y tizas (con las que hago las pintadas por el suelo) y plash!!!, al suelo, el iphone hecho añicos. Entonces veo que empieza a salir el público del teatro y yo cojo y me voy pa casa que ya no tengo ganas de dar más el espectáculo...
PD: Por cierto, qué bonita palabra es la de añicos. Hace un montón que no la usaba, ni la oía usar. Me recuerda un montón a mi madre, a quien se la tengo muy oída. No hay mal que por bien no venga, al menos he recordado los añicos y a la mami.